En cuanto a la aplicación del método cualitativo en el proceso de investigación, se puede decir que las entrevistas realizadas desmitificaron la idea de la falta de comunicación entre el Centro de Educación Ambiental (CEAMISH), y la comunidad de Quilamula, así como la ausencia de una tradición acerca de las plantas medicinales, y se pudo observar la marcada creencia de los habitantes de la comunidad de la desaparición de la pobreza posterior a la introducción de métodos de producción.
A partir del proyecto de desarrollo social, surge la problemática de la explotación inadecuada de los recursos. El CEAMISH, como proyecto de educación ambiental en la comunidad, participa en el desarrollo de una conciencia de explotación adecuada de los recursos naturales, en la que cada habitante de la comunidad, mediante la productividad de autosuficiencia, encuentre su desarrollo individual, económico y social. Esto lo hace por medio de la explotación del conocimiento sobre las plantas medicinales de la comunidad, e intentando preservarlo mediante su aplicación en la medicina actual.
En el proceso de investigación nos encontramos con la falacia en la que vive la gente de la comunidad, en donde la mayor parte de las emigraciones y el ocio cotidiano, venido con la tecnología y la ideología de consumo, se dan como parte del autoconcepto de “pobreza” surgido a partir del ideal capitalista, en donde el “pobre campesino” se ve pobre cuando no produce para la satisfacción de sus servicios básicos, virando hacia el “sueño americano” que la televisión trae consigo.
Vemos así un error de percepción, en donde el pobre cree que es su culpa ser pobre y no ve la ineficiencia del mercado; en donde: “Ser un pobre viable, funcional, productivo, orgulloso de su autosuficiencia, atenta contra los modelos de modernidad en la producción, el consumo, el intercambio”.
“El planeta hace sonar numerosas señales de alarma y en los juegos de poder y engaño de las elites mundiales, adquiere carta de naturalidad la mención de lo autosustentable, lamentablemente lo hace sin intentar tocar y definir su requisito más indispensable: la definición de la franja de consumo verdaderamente viable y generalizable para todos. Un consumo accesible para todos y que no destruya el planeta, mediante el uso eficiente de los medios de producción disponibles y el empleo racional de los recursos no renovables”.
“PRODUCIR COMO POBRES”
“El abandono de las fantasías abre importantes posibilidades de evolución económica y social fincadas en lo real. Implica dejar de estrellarnos contra el cristal, intentando pasar al otro lado y empezar a pensar qué es lo que podemos hacer con lo que tenemos. Implica abrir las puertas a la imaginación, no para acabar con la pobreza y convertirnos en la clase media pregonada por la televisión, sino para apoyar una nueva estrategia, con nuevas soluciones acordes a nuestras capacidades y recursos y con el imperativo de que sea una vía que preserve el patrimonio ecológico propio y de la humanidad”.
“Se trata de apoyar a los pobres para que eleven sus niveles de autosuficiencia a partir de la reactivación y movilización de sus capacidades productivas con las tecnologías de pequeña escala con que cuentan.”
J Franco “Apología de
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